Sábado por la mañana, despierto (o por lo menos de la cama me levanto). Estoy en el chalet, voy a la cocina, y me pongo a preparar el desayuno.
Cuando estamos desayunando, Emilio dice que lo que más le gusta es el zumo, que está estupendo y pregunta cuál es el truco.
"Esprimir bien, sacar el jugo y saborear despacito" le dije yo casí espontáneamente.
Y ... no sé que os parece a vosotros, pero en mi caso me quedé pensando...creo que esa no es sólo la mejor manera de empezar el día, sino también de continuarlo y terminarlo más que satisfecho.
Exprir la vida, sácale el jugo y saborear despacio todas las cosas.
No te parece que así nos aprovecha y sienta mejor?
sábado, 15 de septiembre de 2007
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