He vuelto a la Universidad, llevo sólo una semana de doctorado (en Psicología Evolutiva) pero aún cuando salgo del metro y veo el Edificio de la Almudena esperándome con sus largos pasillos de puertas verdes, carteles de manifestaciones y fiestas varias, y vidas y vidas que se reúnen en torno a cafés y apuntes, tengo que contenerme un poco porque me invaden muchos recuerdos y sentimientos de mis primeras experiencias en la universidad.

Parece que hubiera pasado mucho tiempo y han sido a penas 4 años…pero han cundido tanto en mi historia y en mi piel… a veces tengo que deshacerme de muchas capas para volver a aquella novata que recién salida del colegio iba a estudiar una carrera por vocación. Tengo que retroceder vivencias variadas que van desde el internamiento en el hospital a la feria de Cádiz, el frío de Zaragoza y el calor de Filipinas, mi matrimonio…cambios y más cambios hasta llegar a hoy.
Es verdad que para los que me conocieron no parece haber pasado tanto tiempo, sigo volviendo locos a mis profesores con mis intervenciones, con mis preguntas –algo retorcidas- e inquietudes, con mis deseos de animar a que no nos venza la inercia y luchemos por cambiar las cosas, desde la educación o desde nosotros mismos, (que va a ser en el fondo lo mismo). Pero me ha venido bien desmoronarme y reconstruirme o restaurarme a golpe de ciertas vivencias para gritarlo ahora con más fuerza y orden: ahora sé que el primer paso es trabajarme a mi misma, creer y comprometerme con lo que defiendo y apostar por ello y sobretodo Vivir, habitar más y más cada día en mi misma y contagiar de corazón –que no convenciendo con palabras- que todo esto de pasearse por la vida merece realmente la pena.
Así que pese a seguir teniendo que hacer cola en reprografía o lanzarme a la lucha de conseguir una silla para comer sentada en la cafetería, la vuelta a la facultad me llena mucho y me tiene realmente entretenida.
Por otro lado intento completar con las investigaciones que proponen en las clases lo que voy elaborando como material para ayudar a personas que están pasado por momentos difíciles con su relación con la comida. Cuando lo termine intentaré difundirlo por si es de ayuda.
En casa Emilio y yo seguimos con el embarazo burocrático de la adopción, conscientes de la diferencia del proceso pero entusiasmados con ello y con ganas de ofrecernos como padres para que nos adopte un niño/a. Hemos escogido Colombia (ya que en Filipinas no permiten padres de menos de 27 añitos…y me temo que hasta mayo sigo con 24). Emilio se pasa el día leyendo sobre el país, su geografía, costumbres etc…y los viernes acudimos al curso de formación que imparte la Comunidad de Madrid para padres que hemos solicitado adopción internacional, y en diciembre toca lo más difícil El examen psicosocial que determinará si somos o no idóneos (así que se admiten oraciones por la causa).
Os reconozco que tengo inmensas ganas de ampliar la familia, de hacer crecer nuestra vida de pareja e incluir en ella más ruido, más manchas, más “imprevistos” pero sobretodo más amor, plenitud y vida. ¡Quiero que un niño nos enseñe de nuevo a Emilio y a mi a mirar el mundo!

Por lo demás Emilio en el trabajo ocupado pero sin agobios, soportando la tensión de ser del atleti y abonado, ejerciendo de marido ejemplar (que con eso de que le van a estudiar los psicólogos para la adopción he conseguido que colabore más en casita). Además como ya han comenzado los anuncios navideños y las luces en los centros comerciales ya me ha presentado su carta de Reyes Magos, así que pienso ponerme las pilas y redactar la mía también, que luego se me echa el tiempo encima.
Y yo aún buscando, pero sin urgencia. La verdad es que me encantaría conseguir algo de media jornada a ver si me vuelvo a mover un poco y dentro de nada os cuento que estoy dando la tabarra en algún otro ambiente.
Bueno al final parrafada que te crío, y hasta se me ha pasado el sueño con mi propio resumen de existencia, pero no me podía resistir, cada vez que pienso que entráis en el blog me emociono y me gustaría poder tener un sistema de voz que os dedicase un Hola y un Gracias tan tierno como sincero. Por eso aunque a veces no me sienta del todo convencida a escribir sino es para dejar algún mensaje, vosotros hacéis que valga la pena hasta la simple rutina de mi día. Yo trato de dejar mi vida entre las letras y vosotros al unirlas le dais sentido y al compartirlas me ayudáis a crecer con ellas, con vosotros con vuestro acompañamiento desde donde estéis leyendo ahora...¡Qué milagro!
Ojalá me escribáis pronto y me contéis también de vosotros, tomar el relevo...