Llego cansada pero muy contenta de un fin de semana cargadito.
El sábado estuvimos en la boda de una prima de Emilio en el Molar y hoy en Ávila, en la celebración de los 40 años de sacerdote del P. Ángel Llorente.
Recién hemos llegado a casa, son tantos los momentos buenos que necesito hacer espacio y parar antes de escribir. Cerrar los ojos e ir recordando.
La boda me ha permitido ver, saludar, conocer un poco más y compartir un buen rato con la familia de Emilio que ya es también la mía.
Hoy en Ávila, también acudieron a la celebración muchos amigos de la infancia de Emilio. Los ya crecidos niños que el entrenaba, sus madres, compañeros de equipos.... contaban muchas anécdotas y me regalaban momentos de Emilio adolescente y joven como entrenador. Por supuesto hubo fotos, canciones y todos los ingredientes de un encuentro emotivo entre viejos amigos. Estuvo fenómeno. Además creo que el P. Ángel lo disfruto. Le cantamos y todo.
También hubo un momento especial. Antes de pasar al restaurante fui al servicio y al cerrar la puerta me sorprendió ver que estaba pintarrajeada. Aunque eso tristemente es común, lo que no lo era tanto es lo que en ella habían escrito. Escrito con rotulador ponía lo siguiente: "Dios bendiga al que lo lea" "Con Cristo todo lo tenemos y nada nos falta, si vivimos para Cristo encontraremos la felicidad".
Cuando lo leí se mezclaron varios pensamientos, así como fueron cambiando mis sentimientos. Mi primer impulso fue la crítica (antes siquiera de leer lo que ponía), después el desconcierto al leer el mensaje y no saber si estaba mal aquello (porque estar bien lo que se diga "bien" no podía estar), y al final tras reflexionar sobre aquella pintada me di cuenta de que lo que realmente sentía es que algo muy parecido soy o quisiera ser yo en la vida.
Cuando salí hacia el salón comerdor lo tenía claro: Quisiera ser como esa pintada en el baño.
Como suena un poco raro, lo intento explicar.
Creo que pintar en la puerta de los baños es un error. Puede considerarse bandalismo, podemos llamarlo un acto de imadurez o reconocer que es algo impropio. Porque bien lo que se dice bien no está.
Sin embargo el mensaje que dejaba aquella pintada cuando se leía era verdad, era bueno, deseaba ayudar a los demás.
Y eso quiero ser yo (y que Dios me perdone).
porque no siempre "soy o estoy bien o actúo bien", sé que lo que hago/soy en mi vida personal, familiar, profesional muchas veces es y será un error, o estará fuera de lugar. Lo asumo. Pero de la misma forma, quisiera que aunque yo sea un "borrón" en la puerta del mundo, consiguiese que lo que hiciese o hablase "ese error" en la vida fuera sobre Dios y para Dios.
Quiero que la "mancha" que dejase por ahí se pareciera a esa pintada del baño. Que hasta con mis errores dejase en los demás la certeza de que Dios nos ama.
Ya veís, es lo que esta loca sintió al encontrarse con esa pintada en el baño y que tras verla regresó con los demás aspirando ser una "faena con buenas intenciones". En ese momento me sentí una trastada de Dios, y casí era orgullo lo que me venía. Si en el fondo lograse servir a Dios y hacer ver a los demás lo que nos quiere hasta con mis faltas...
En fín, no sé lo que escribo pero así como me vino lo comparto.
Mañana para el colegio...Emilio aún de vacaciones...yo todavía sin horario pero con trabajo. Os contaré más