martes, 29 de diciembre de 2009

ARCO DE CARRUSEL
DE VISITA CULTURAL
LA CIUDAD A SUS PIES
CONTEMPLANDO EL ORIGINAL



EN EL RESTAURANTE
ME GUSTA

ESCUCHANDO COMO SUENA PARIS
En el corazón de Paris.

Hemos seguido conquistando París ¿O PARIS nos ha seguido conquistando?. Por la mañana, como amaneció lluvioso, decidimos ir a visitar el museo de Orsay. Es una antigua estación de ferrocarril que han transformado en museo de arte pictórico romántico, impresionista y postimpresionista. Emilio lo eligió especialmente porque sabía que tenía una exposición temporal de Van Gohg, (junto con Gaugen, Cezane…) así que tras larga cola en la entrada pudimos visitarlo. Además había varias esculturas y arte moderno de lo más singular. Decidimos comer en el restaurante que tienen en el museo, era de lo más elegante pero pagando nos dejaron entrar (jejeje).

A la tarde callejeamos por la plaza de la Concordia con el Obelisco, atravesamos la ajardinada zona de las Tullerías desde donde fuimos hacia el Louvre –que hoy no abría- recorrimos la zona y jardines del Palacio real, las galerías viviane (un lugar especial lleno de tiendas de juguetes antiguos y de cajas de música) El edificio de la bolsa, el jardín de Les Halles, la Basílica de Nuestra Señora de la Victoria, el barrio donde está el Pompidou. En este último participamos en un espectáculo de un artista bastante simpático; como empezábamos a estar cansados nos dirigimos a la Plaza de los Vosges pensando en finalizar la jornada. En una callejuela cercana a la plaza había un humilde cantante que al escucharle sobrecogía, tenía una voz muy especial, cantaba ópera y te transportaba a un espacio sin tiempo por el mero precio de la voluntad, realmente su voz era un don increible y costaba pensar porque estaba entre cartones en Paris, quien sabe si alguna vez la gente pagaba mucho más por disfrutar de su música en otros lugares… La verdad es que incluso después de escucharle era como si me sintiese mucho más aliviada y con ganas de seguir contemplando la ciudad.
Terminamos en la plaza de la Bastilla donde buscamos ya un lugar en el que cenar y así regresar al hotel con las tareas cumplidas. Eso sí de regreso al hotel nos entretuvimos en algunos de los puestos de las ferias que hay por las calles y plazas de París.
Una de las fotos que me hizo Emilio durante la tarde estos en una escultura que representa un hombre y su mano puesta en el suelo para poder “escuchar” como late el corazón de la ciudad. Nosotros llevamos sólo unos días, pero ya empieza a calarnos sus ritmos, sus tiempos, sus sonidos…"Du jour où je t'ai vu la vie est devenue..."