domingo, 5 de octubre de 2008

Témporas de octubre


Mañana son las Témporas de acción de gracias y de petición. En esa fecha la comunidad cristiana celebra como-terminadas las vacaciones- se hacía la recoleción de la cosecha y realizaban peticiones para reeemprender con ánimo la actividad habitual.

Este año de manera especial, deseo unirme a estos dos aspectos: La acción de gracias y la petición y súplica para hacer buen uso de lo recogido.



(Re)mirando lo escrito en las últimas entradas del blog, descubro más y más cosas, momentos, personas, cambios... que deseo ofrecer al Señor y dar gracias: trabajo, coche, pasos adelante en el camino de la adopción... Al mismo tiempo pedirLe que interceda - todo lo que le dejo y algo más - en cada uno de ellos.


En poco tiempo la dinámica de mi vida ha cambiado y no quisiera dejarlo pasar sin agradecerlo:
Por fín tengo trabajo. Cada mañana me levanto temprano con la ilusión de ir a un colegio de Guadalajara. Normalmente tengo planificando el día, aunque sé que los chavales me sorprenderán con sus dudas, preguntas o reacciones imprevisibles y que al final de la jornada habré aprendido tanto o más que ellos. En ocasiones me descubro sonriéndome a mi misma al verme con la bata blanca, manchada de tiza o subiendo la fila por los pasillos.
La verdad es que, aunque en un principio buscaba trabajo como psicopedagoga y la idea de ser maestra no terminaba de encajar con mis expectativas profesionales, al final disfruto enormememente de las clases. Para mi sorpresa me encanta enseñar matemáticas (jeje) y me entretengo mucho programando dinámicas que permitan trabajar los contenidos de manera que todos nos divirtamos más. Reconozco que la profesión aunque muchas veces agotadora es agradecida, lo mejor es sin duda el trato constante con los alumnos; hablar con ellos, escuchar sus inquietudes, guiar sus reflexiones y si es posible, aportarles algo que les ayude a ser mejores personas es un gran privilegio.

Además he vuelto a conducir. Mi (hadita) madrina me dejó su propio coche mientras Emilio y yo buscábamos uno. Tras varios intentos fallidos de comparventa, cuando parecía que no iba a conseguir un coche, el párroco de mi parroquia compraba uno nuevo y me regalaba el suyo, yo no me lo podía creer, pero el caso es que el ofrecimiento iba totalmente en serio "Pedid y se os dará", y de la noche a la mañana tengo un Opel Astra de algunos añitos que será mi compañero de batalla. Mañana lo estreno, a ver qué tal nos vamos entendiendo, que el ponga la experiencia y yo la seguridad, para que ambos circulemos tranquilos.

Pero quizá lo que esté en estos momentos más presente en mi cabeza es el nuevo pasito en la adopción. La semana pasada terminamos -de nuevo- el curso de formación de Castilla la Mancha. En esta ocasión, nos han citado más rápido de lo que pensábamos para realizar la valoración. El próximo jueves tenemos una entrevista conjunta con un psicólogo y una trabajadora social, y la semana siguiente evaluarán nuestra casa, y realizarán entrevistas a Emilio y a mí por separado. Después si Dios quiere, y convencemos a los profesionales de que a nuestro deseo de ser padres se une la capacidad de dar respuesta a las necesidades de un niño y la posibilidad real de atenderle con nuestros medios, nos darán la idoneidad. De ser así mandaríamos el expediente a Colombia. Habría comenzado un largo y mágico embarazo.
(Prometo teneros al corriente)


En la adopción todo es sorprendente, sin tú saberlo, mientras estás en el trabajo o en casa o paseando con Emilio... puede estar naciendo tu hijo. Ahora mientras os escribo esto hay otra persona en otro lugar del mundo a la que no conozco pero con cuya vida nos vamos a cruzar. No sé quienes serán ni cómo estarán los que se convertirán en padres de nuestro futuro hijo o hija. Supongo que no les será fácil lo que estén viviendo, pensaré en ellos siempre con agradecimiento pues serán parte de nuestro hijo y de su historia.


En fín, que se mezclan muchas emociones, también me impone el que nos evalúen. Una no quiere pensar en la posibilidad de que "nos suspendan" y no saliera adelante lo que tanto esperamos. Aunque no hay otra forma de encajarlo que confiar en que lo que ocurra será lo que convenga. Pero claro...mejor si nos dan la idoneidad.


Por lo demás todo marcha, Emilio está bien el trabajo, es tan bueno que cuando me ve en la cama mientras él debe salir para Madrid tempranito, sé que se alegra por mí. Y cada día me pregunta por mis clases, me echa una mano para corregir los exámenes e intenta colaborar en casa cada vez un poco más. Él será siempre uno de los grandes (sino el más grande) de los motivos por los que dar Gracias.


Bueno pues esa sería la puesta al día. Espero las vuestras por teléfonos, mails, o visitas.

Todo mi cariño a todos