viernes, 1 de enero de 2010

BONE ANNÉE



ARCO DE TRIUNFO
GRAN PALACE



TRES ERAN TRES

QUÉ FRÍO!!!
PLAZA DE VENDOME
LA ÓPERA
COMO BUEN MENESIANO
TUMBA DE CHOPIN

Lo primero de todo: Feliz año nuevo 2010.

Como cada estreno, cuando comenzamos de nuevo y pasamos de año, entran ganas de mejorar, de planificar nuevos retos, de animarse a mejorar en aquellos aspectos que nos impiden ser 100% felices y estar satisfechos al final de cada día.

En mi caso no me hacen falta mucho para entretenerme, complicarme o preocuparme con lo que no es importante; pero creo que también está en mí el poder apostar a ganar y vivir una vida maravillosa. Fijaos, 1 enero de 2010, amanezco en París, de viaje con mi marido, recordando a toda esa familia y amigos a los que quiero, imaginando cómo habrán pasado las fiestas, las celebraciones…entro en una Iglesia y sólo puedo dar Gracias por esta vida, siempre he confiado en que el Señor tiene un plan maravilloso para cada uno de nosotros mientras estamos por aquí y aun cuando nos desviamos vuelve a elegir otro que le cuadre y logre que seamos felices (es un poco como el GPS. Hasta cuando te equivocas te re-planifica la nueva ruta para llegar el destino que escogías).
No me extiendo que quiero contaros de París, pero me resultaba importante escribirme a mí misma en el Blog, que está en mi mano el conseguir que este 2010 sea el mejor año de mi vida ¿Y porqué no? Cada día es un regalo y el poder disfrutarlo plenamente dependerá de cómo lo viva.

Hoy ha sido un regalo especial. Nos levantamos algo más tarde y aún así creo que fuimos los primeros en bajar a desayunar en el hotel. Comenzó a nevar y París estaba precioso. Emilio y yo aprovechamos para recorrer zonas de la ciudad que suelen estar abarrotadas y que hoy 1 de enero permanecieron muy tranquilas hasta la tarde.
Comenzamos por la zona del arco de triunfo y los campos Elíseos. Visitamos el Gran Palace, con la sorpresa de que al pagar la entrada descubrimos que en su interior habían organizado una feria. Fue divertido visitar el Palacio viendo en su patio, niños en los coches de choque, hombres disfrazados en la casa del terror, una gran noria…No sé si al arquitecto le hubiese hecho mucha gracia, pero le daba un toque festivo de lo más alegre. De allí nos fuimos hacia una de las zonas más caras de París, La Plaza Vendome. Allí está ubicado el Rich, las joyerías más caras (que ya no ponen ni los precios) y boutiques de lujo. Hay un obelisco en el centro de la plaza.

A la hora de comer fuimos a un restaurante especial de la zona de los Capuchinos. Me daba un poco de reparo porque hacía tanto frío que mi indumentaria hacía honor al refrán de “Ande yo caliente y…”. Pero nos atendieron estupendamente y la comida –como no podía ser de otro modo-estuvo excelente. La verdad es que no hay día que podamos tener queja de los platos. Comer en París, si bien es cierto que es más caro que Madrid, es una delicia al paladar y a los que somos “tragones” se nos pone una sonrisa tonta cada vez que nos sirven los platos (jeje).
A la tarde fuimos a ver donde estaba la Ópera (para ir enfilados mañana a la taquilla y no congelarnos en la cola. Entramos en la Iglesia de la Madalena y de san Agustín y terminamos el día visitando el Pere-Lachaise cementerio más importante de Europa donde están enterrados muchos filósofos, músicos, escritores y personajes destacados de la historia. Cuando Emilio me comentó lo de entrar a ver el cementerio me resultó algo extraño, pero al verlo comprendí que la gente lo visite (incluso hay grupos con guía y mapas y carteles que te marcan el recorrido turístico!!)
Fue una manera de terminar la visita y el día con nueva reflexión sobre el año que comienza. Cada tumba es el recuerdo de una historia, el lugar en sí era un testimonio de que los seres humanos valoramos la vida, la apreciamos sabemos que cada instante pasa sólo una vez y cuando caemos en la cuenta de ello, nos gusta aprovecharlo.
Se ponía el sol. Salíamos del cementerio, eché la última mirada a aquel lugar porque París nos reclamaba con sus colores, ruidos, tiendas, cafés, coches, fiesta y gentes, el salir de aquel lugar nos recordaba que ellos ya han descansado, y que ahora es nuestro turno y momento de vivir. Nos toca a nosotros “mover ficha” y me ha gustado que el inicio de la nueva jugada fuese en París.