viernes, 22 de enero de 2010




"¡Que misteriosos son tus caminos Señor!"

Os voy a contar algo que me ocurrió hoy en el trabajo.
Como formo parte de la pastoral del colegio había preparado la oración de la mañana. Al estar tan en nuestra mente lo de Haití elaboré un pequeño texto donde se citaban las palabras de Jesús "Bienaventurados los que sufren porque ellos serán consolados" y a partir de ellas se reflexionaba brevemente sobre como Jesús era sensible al dolor humano y trataba de aliviar nuestros agobios, nuestras enfermedades, nuestra soledad y que además nos pidió que todos colaborásemos para hacer llegar ese consuelo a nuestros hermanos.
Pues bien, la idea era hacer la oración por megafonía, que la leyese la directora y que después les pusiese la canción de "todo es de todos" de Luis Guitarra. Además para que pudiese escucharla todo el colegio no se haría a las 8:00 que entramos los de la ESO sino a las 9:30 que están todos los alumnos.

El caso es que a eso de las 8:30 cuando iba a recoger a unos alumnos vi salir de muy malos modos de una clase a un jovencito de 16 años que se ha ganado la fama del alumno más problemático del centro. En esta ocasión una de las monjas debía haberle regañado y él salía insultándola por le pasillo, al verlos pude escuchar como ella le mandaba ir al aula de castigados (no me gusta nada esa expresiñon), y ver como, sin hacer caso de lo que le decía él se metía en un aula vacía y se sentaba en la ventana. Entré a hablar con él, a preguntarle que le habían hecho para ponerse así y hacerle ver que respondiendo mal y desobedeciendo sólo empeoraba las cosas. El alumno estaba muy enfadado, casi ni me miraba concentrando en sus gestos toda esa rebeldía que acumula dentro. Decidí dejarle allí a pensar, pero de camino al cruzarme con la directora del centro le expliqué lo sucedido. Ella se fue a buscarle.

Todo volvió a su normalidad, saqué a los alumnos que atiendo y comenzamos a trabajar hasta que llegó el momento de hacer el minuto de silencio.

Para mi sorpresa el texto que había preparado empezó a escucharse. Todos los alumnos hicieron un silencio especial. Era él, este jóven que os he comentado, que tan de cabeza trae al profesorado, que semana sí, semana no está expulsado y a quien los alumnos respetan (o temen) y admiran mucho, el que decía con el máximo de los respetos y dádole sentido: "Bienaventurados los que sufren...porque ellos serán consolados".
Sí, él dirigió la oración y estoy convencida de que a ningún profesor nos hubiesen escuchado más. La directora le había encargado esa responsabilidad para compensar su falta y él lo hizo fenomenal.
Los alumnos le reconocieron, los profesores qudaron impresionados y yo sentí que realmente Dios quería hoy que él fuese su mensajero.

Me emocioné.

Dios es un misterio. Si el alumno no hubiese sido regañado, si yo no hubiese ido a hablar con él si no se lo cuento a la directora y si ella no toma esa decisión y confía en él no hubiera podido pasar.
Y es que muchas veces olvidamos que Dios no se mueve con criterios de hombres, que los que Él elige no son los mejores...sino que hace mejores a los que elige.

Sólo espero que tambiém me permita a mí hacer cosas por él pese a que me equivoque una y otra vez.

Desde aquí quería darle las Gracias a quien prepara cada momento de nuestra vida tal y como trascurre...porque aunque en muchos momentos soy incapaz de entender porque lo prefiere así, de vez en cuando comprendo que no podía ser mejor.