Enero ha llegado intenso para todos, sigo encontrando difícil hablar de mis cosas, mis alegrías o trabajos cuando en otra parte del mundo se está sufriendo tanto. Es verdad que antes de lo de Haití también había muchos lugares donde la gente vivía y vive en condiciones injustas -que no eligieron, que no pidieron- de guerra, pobreza, explotación, falta de libertad...pero claro, como no nos paramos a pensar en ellos(o por lo menos yo no suelo hacerlo)se nos pasan desapercibidos.
Ahora tras el terremoto, todos los medios nos lo recuerdan, nos reclaman que al menos le prestemos atención...y parece que no queda más remedio que reservar un hueco en el pensamiento para ellos...
...es curioso, las últimas dos Navidades, el propio día 25 cuando voy hacia casa de mis padres o mis suegros me deteniene un mendigo. El año pasado recuerdo que le dediqué una entrada; en este no lo hice, quizá porque me impacto realmente la reacción de esta persona. Yo iba con Emilio a misa de mi hermano, hacía frío aunque el día estaba despejado y con sol. Apetecía pasear y como quedaban unos minutos para la misa dábamos Emilio y yo dábamos juntos la vuelta a la manzana. En la acera por donde tenía que pasar estaba este hombre, le vi y mis propias miserias son las que me pellizcaron muy adentro. Cuando me acercaba hacia él, me miró y se tapó el rostro. No sé bien porque. Pero quedó claro que no me quería ver...
su gesto de cubrirse el rostro al pasar yo, se me grabó.
La verdad es que me entraron ganas de haber sido yo la que se cubriese la cara, pues sentía vergüenza de irme a la Iglesia y luego a celebrar que nos ha nacido un Salvador cuando tengo un hermano que en la calle pasa frío y está solo. Mis propias incoherencias se reflejaban en su pobreza...pero, como muchas veces en la vida, pasé de largo.
Amo la vida, admiro a todas y cada una de las personas que conozco y he conocido...pero también busco seguridad en lo que no nos llena, me gusta aparentar y quedar bien ante los demás y casi necesito que aprueben lo que hago, digo, pienso para sentirme bien,quiero hacer muchas cosas...pero en el fondo, dejo pasar otras.
Estaré sólo un ratillo por aquí y no me decido a sacarle todo el partido que podría...
En fín, que menuda os estoy soltando. Pero quería contaros algo de mí y empecé a compartir con sinceridad lo que en estos segundos me rondaba.
Lo mejor es que me había sentado a escribrir una alegría y es que ¡YA ESTÁ CON NOSOTROS! ¡HA LLEGADO EL TELESCOPIO!
Es genial tenía muchísimas ganas: Ver el cielo, las estrellas, Contemplar la inmensidad de la noche... siempre me ha cautivado. No es que entienda mucho, pero quiero aficionarme. Ahora que está en la buhardilla estoy deseando que llegue el fin de semana para aprender a ver.
Por otra parte Emilio también espera que lleguen sus Reyes, estában encargados pero como vienen desde EEUU,llegarán la semana que viene. para los que conocéis menos a mi señor marido quizá os sorprenda un poco su capricho, pero lleva años pidiéndo lo mismo y por fín va a llegar: Un disfraz del Héroe Americano. (Se admiten carcajadas), pero si viéseis lo feliz que está y las ansias que tiene de que llegue. Vamos que hoy después de cenar, le he pillado subido en una silla del comedor imitando cuando el gran héroe americano se va a lanzar a volar (jeje, supongo cuando mi maridito lea esto me regañará por escribirlo, pero la libertad de expresión es así, jeje)
Total que aunque me ponga a divagar sobre mis debilidades, de verdad que soy muy feliz. Cuando cada mañana me voy a trabajar y Emilio coge mis manos para que entren en calor y no pase frío, cuando llego al colegio y puedo compartir la Eucaristía con las monjitas, cuando me visto con la bata y doy los buenos días a tantos y tantos alumnos, cuando agotada llego a casa y me llaman de casa o recibo un correo vuestro...cuando ocurre todo eso y (sin necesidad de telescopio) lo veo, sólo puedo dar gracias.
Empecé recordando el dolor de otros...rasqué algo más y descubrí tanto que se me ha dado, me he puestoa contaros y me siento feliz y pienso que me han llenado de esa felicidad para que pueda hacerla llegar a otros.
Recuerdo las palabras de Jesús: "Bienaventurados los que sufren porque ellos serán consolados"y creo que me hace feliz para que pueda llevar consuelo.
Ojalá nadie al verme se tenga que tapar los ojos, ojalá yo -ante mí misma-tampoco.
Os quiero!!