Poco puedo decir. Son momentos difíciles para el mundo. El dolor, la pérdida, la tragedia inesperada sobrecoge...nos agarra el corazón...
...y UNE
En este momento, estamos unidos por ese sentimiento de dolor. La Vida de esas personas nos importa. Los diferentes países parecen estar más cerca, aparcar diferencias, movilizarse. Toca ayudar
La esperanza en las Vidas que luchan por sobrevivir, en los pequeños que siguen llegando al mundo, en los que ajenos a ese ambiente de tragedia, tienen un futuro por delante...ellos nos empujan a actuar.
Bien sea prestando atención al televisor, colaborando de algún modo, rezando...
A mí me llenó de alegría ver la mirada de aquel pequeño recién salvado de entre las ruinas, sentirle abrazado fuertemente al bombero que le rescató.
Me emocionó la historia de aquel jóven recién casado que no lo dudó y marchó para Haití buscando cómo ayudar
Me consoló escuchar el silencio de los niños del colegio en señal de respeto por tantos y tantos niños que les quedan lejos
Y me impactó ver en las imagenes a los supervivientes de Haití rezando, orando...en momentos de tanta confusión.
"Consolad a mi pueblo" Dice el Señor...que Él nos ayude a acertar en cómo hacerlo
Por todos los de Haití, por tantos que les están ayudando, por cada vida que se apagó y por las que siguen brillando. Por todos ellos: "¡Levántate Señor Dios, alza tu mano, no te olvides de los humildes!" (Sal 10. 12-13)
