miércoles, 7 de julio de 2010
NO TENGO NADA
Tú pusiste en mí en cada extremo una mano y un corazón en el medio para llegar al hermano
Tres de la tarde, iba en el metro. Mientras me dirigía de Leganés a Torre Espacio leía sobre Jesús. Atenta a un relato donde se narraba cómo Jesús se encontraba con un leproso. El autor contaba cómo imaginaba que le miraba Jesús, como se le acercaba, le daba de beber, le dignificaba y restituía su dignidad.
Levanto la vista. Un hombre apoyado en una muleta, con un vaso de plástico arrastrando los pies atraviesa el vagón. Encontrando mi mirada puesta en él se me acerca y con un gesto que "Pide" recibe mi respuesta.
Casi automático, sin pensar (y desde luego sin "Sentir") me sale un "No tengo nada" mientras meneo mi cabeza. En un instante está mirando a otros pasajeros del vagón, sale al andén y el metro se pone en marcha. Pero en mi cabeza vuelve a resonar mi "no tengo nada"...¡¡NO TENGO NADA!!
...lo amargo de mis palabras es que cuando me paré yo misma a escucharlas...me sonaron ciertas. En el bolso llevo dinero, un paquete de galletas para picar algo, papeles de mis estudios, bolígrafos de colores, agenda de teléfonos, móvil, colonia y maquillaje, cargo muchas cosas pero voy Vacía.
No tengo nada, nada me queda de la humanidad o cercanía de la que momentos antes estaba leyendo. De la que cambia las cosas, de la que surge de dentro
El libro sobre la vida de Jesús sigue sobre mis rodillas. Soy incapaz de retomar la lectura.
¿Por qué? Por qué (o mejor para qué)regreso de un Congreso donde se habla de cómo mejorar el mundo, de la importancia de la afectividad en la educación y mantener viva la esperanza, qué sentido tiene formarte en todo ello...si cuando otro ser humano me sale al encuentro no le ofrezco, no le amo y además le miento
¿Qué me separa de ese hombre que se encuentra en la indigencia? El punto de partida desde el que cada uno hemos iniciado la vida ha sido diferente. Yo he tenido padres, casa, estudios. Me he casado, tengo trabajo, casa y vacaciones. Pero si hubiese nacido donde aquel hombre y él hubiese ocupado mi lugar en la historia, no tengo duda de que sería yo quien recorrería las calles buscando quién me ayudase
Pienso que todo el mundo tiene el derecho a la vida, a un techo, a un trabajo...y cada vez que alguien no lo tiene, es imposible no reconocer que le hemos fallado. Especialmente los que admitimos que tenemos FE, que no consideramos Hermanos de todos
Hoy no he sido hermana, al negar la oportunidad que tuve al lado, algo dentro se encoge ¿Se congela el amor que no hemos usado?. ´
¿Cuándo aprederé?
Sé que hay mucha gente que hoy sí está dando, se está dando a los demás. Ellos hacen del mundo un lugar mejor. Gracias doy por ellos, gracias a ellos que llenan mi vaso, que son la limosna que no pasa de largo y colman el vacío que yo misma he provocado
Gracias también a aquel hombre pobre que pasó a mi lado, al que no supe pagar con nada la lección que me ha dado