domingo, 31 de octubre de 2010

TIM GUENARD

AMISTAD Y VIDA HEROÍNA DE LA CARIDAD

AL PIE DE LA CRUZ
Una hora más que nos han regalado...¿Una más o serán también las demás, cada uno de las otras 24 puro regalo?

Se termina octubre y aprovecho para colgar algunas fotos de los momentos que me ha regalado este octubre.

Como os conté en la entrada anterior estuvimos en Navarra, y como todo viaje la estancia con Emilio allí me ayudo a reonovar la mirada, reflexionar sobre qué equipaje me llevo a diario conmigo y cuál es el peso de carga que he de ir soltando.
Navarra me ayudó a descubrir cosas que soltar y que dejar...

pero, también en este octubre, en Barcelona me trajo cosas que recuperar. Digo Barcelona porque en el colegio me permitieron acudir al I congreso internacional sobre Resiliencia que se celebraba en la ciudad condal. Este nuevo viaje me enseñó las cosas a recuperar. Fue un viaje de encuentro,a varios niveles:

-Encuentro conmigo misma, con mi deseo de investigar sobre resiliencia y conocer a las personas cuya vida encarnan ese concepto
-Encuentro con personas que han marcado mi vida, con amigos de verdad
-Encuentro con quienes están más allá, quienes me cuidan y a quien sigo

Encuentros que sabían a amor y a verdad, a acompañamiento, a vida a caminar

Sobre el congreso fue toda una gozada y cada charla la disfruté muchísmo. De entre los ponentes tenía debilidad por escuchar a Tim Guenard, autor del que ya os hablé en otras ocasiones y que os recomiendo encarecidamente. Pues hablar de su vida, de cómo hay algo más fuerte que el odio y como el Amor puede recomponer tu vida y llenarla de sentido.
Cuando el año pasado mi madre enfermó y la tuvieron que operar, estando en el hospital coincidió que llevaba conmigo el libro de Tim Guenard "Más fuerte que el odio". A modo de distracción comencé a leérselo en voz alta a mi madre. Cada día leía un poco más, hasta que necesitaba descansar. Mi madre lo escuchaba e incluso tenía ganas de que llegase al día siguiente para seguir contándole. la verdad es que ambas nos enganchamos al relato autobiográfico de Tim. Para mí es uno de los recuerdos más entrañables de aquella época.
Tim iba a acudir en calidad de ponente al Congreso. Yo tenía muchísimas ganas de verle en persona.
Como todo plan ante el que uno se encuentra muy ilusionado surgen elementos de suspense. Tim tenía la ponencia de las 12:00h del 1º día del congreso, pero antes del descanso nos comunicaron que con motivo de la huelga de aviones no había podido tomar su vuelo
La desilusión comenzó a inhundarme, pero gracias a Dios duró poco, la responsable de comunicaciones nos dijo que Tim había decidido coger su coche y venía para acá.
Con la esperanza de verle salimos al café. Para mi sorpresa al regresar al hotel donde se celebraba el congreso pude ver un grupo de personas reunidas en círculo y descubrir entre ellas a Tim. En un momento miró hacia donde yo estaba y nuestras miradas se encontraron. Fue curioso, como si ya nos conociésemos o reconociésemos. Emilio que estaba a mi lado me animó a acercarme y darle una carta que con un traductor de francés le había escrito. Si no es por mi marido que siempre está allí para animarme no sé si me hubiese acercado. Le di la carta, en ella dólo deseaba expresar agradecimiento. Tim es algo así como un milagro en vivo, una vida que te demuestra que pese a todo lo terrible que te pueda ocurrir uno puede decidir amar, salir adelante y dedicarse a ayudar.
Os diré que más adelante en el congreso pude darle incluso un abrazo, hacerme una fotografía y pese a no saber francés transmitirle ánimo en su tarea. Ese fue un momento especial. Fue un encuentro que me marcará

Pero hubo muchos más...

Uno de los días quedamos con nuestro querido amigo Jorge para cenar, a Jorge le conocimos en unas Jornadas terapéuticas, un campamento para niños especiales al que fuimos EMilio y yo de monitores cuando aún éramos novios. Congeniamos y desde entonces hemos compartido mucho, Jorge ha estado en varias de las casa donde hemos vivido y nosotros hemos quedado con él en MAdrid, en Guadalajara, en Zaragoza, en Barcelona. Una vez más nos vimos allí y como siempre fue agradable compartir vida, dificultades y esperanzas, escuchar a mi marido cuando hablaba con Jorge, con otro que no soy yo y le explicaba cómo está él, pude encontrarme con Jorge, encontrarme con Emilio desde otra perspectiva y disfrutar de la amistad

Pero otro encuentro del que podría escribir mucho también, pero que de tanta ilusión que me hace me cuesta redactar es el que tuve otra de las noches del congreso. Si retrocedo a mi época escolar, a los años de la primaria y pienso en mi día a día, en los recreos, en los momentos buenos tienen especialmente un nombre. Tuve una amiga muy especial, que en 6º cambió de colegio y que después supe se había ido a Barcelona pero nada más. De niñas jugábamos imaginando aventuras fantásticas, escondiéndonos en la capilla, investigando lugares secretos del colegio. Juntas lo pasábamos muy bien. Éramos muy diferentes pero congeniábamos. Al saber que íbamos a ir a Barcelona soñaba con que la casualidad me regalase el coincidir y reencontrarnos. Le pedí a Emilio que hiciese lo imposible por encontrarla y quedar. Pero no pudo ser...o eso creía yo. La verdad es que Emilio sí logró contactar con ella y ambos deseaban darme una sorpresa. Así que cuando Emilio y yo salimos a cenar y nos sentamos alguien me saludó y de allí pasamos al abrazo, ella lloraba, yo ni me lo creía. Venía con su pareja un chico realmente estupendo y tan bien lo pasamos que tras 5 horas nos estaban echando del restaurante para cerrar y se nos habían pasado volando. ¡Cómo disfruté viendo a mi amiga de siempre tan guapa, siendo una bella mujer, tan artista, tan completa, tan profunda pero con esa niña amiga que seguía en su mirada!¡Qué agradable ponernos al día hablar de familia, de religión, de trabajo, de planes de futuro, de hermanos, de padres, de hijos, de momentos duros, de momentos fáciles y divertidos, hablar, compartir, vivir juntos!
Gracias Paloma, gracias Emilio, gracias a la vida por estas sorpresas que te cargan de batería el alma.

Por último cerramos el viaje con una excursión a Monserrat. El santuario es relamente especial, subimos a una ermita sobre las montañas y de camino otro encuentro más. Subíamos y por el camino estaban las estatuas de grandes santos, pero cuál no sería mi sorpresa cuando entre ellos me encuentro a la fundadora de mi colegio, heroína de la Caridad. No sabía que estaba allí y encontrarme con ella me impacto. Fue como decirme que estaba en el camino, que acogiéndome a su obra podría realizar la mía. Terminé de subir aquel camino con mi compañero de siempre, llegamos hasta una cruz y ambos nos arrodillamos. Entonces sonaron las campanas dentro y fuera de mi corazón.

Como veis fue hermoso el viaje.
Octubre termina y queda grabado en mi recuerdo. Como los cuadros (BONSEKI) que expuso mi padre, cada uno de los recuerdos que he contado los quisiera exponer, colgar en la pared de los momentos buenos. Todos hechos en el mismo amrco "octubre", todos con la misma arena "la vida", todos me fueron cautivando, adornando mi mes, alegraron mi vida.

Y uno último que sucedió ayer. por la mañana encuentro de peregrimos de Tierra Santa, pase de fotos, mesa compartida. por la tarde ver a mis padres y a mi hermano mayor. Actuando, cantando, en una obra benéfica representando Gospel. Pedro lleno de energía, de amor a los demás y a su Señor, robando el corazón a todas las personas del salón, poniéndolas de pie al final de la obra, animándolas a rezar.
Pude acercarme, darle un abrazo, uno grandote y encontrar en ello de nuevo,
otro trozo importante de la Felicidad