domingo, 19 de diciembre de 2010




¡Dios Con Nosotros!
Así quiso ser llamado cuando iba a nacer el Emmanuel el Dios "con nosotros", esa era la consigna para reconocerle, su mote, la clave para llamarle.

Ayer y hoy lo escuchaba y pensaba en cuánta falta nos hace que nos repita que se llama así, que vino sólo por eso, para estar a nuestro lado, haciéndose niño para que nosotros nos hiciésemos como Él y podamos llegar a ser santos.Trataba de mirar el portal de Belén e intentar comprender...pero claro Imposible.

La verdad es que se me han pasado volando estas semanas de Adviento. Si no es gracias a que estuve preparando las oraciones de los pequeños no sé si me habría ido fijando en las pistas que nos dejaban cada Domingo las lecturas: El estar atentos, entregar lo que nos cuesta, alegrarnos y ahora en la última semana caer en la cuenta...


Es importante caer en la cuenta de que llega la Navidad. Poder celebrar con plena alegría la fiesta desde su auténtico sentido, cuidando de que no nos pase como auella vez que me conformé con quedarme en la habitación de al lado.

Quedarse en la habitación de al lado y conformarse con escuchar la música que otros tocan, percibir los olores de lo que otros pruebas y imaginar y no vivir lo que otros sienten.

Me explico; cuando uno piensa en las Navidades pero no profundiza en el verdadero sentido de las fiestas me recuerda a cuando los vecinos de mi chalet dan una fiesta. Aunque yo no vaya puedo escuchar como tienen fuerte la música,ver adornada la calle y el reflejo de las luces de colores de la casa y hasta puede que me llegase el aroma de sus platos, de la barbacoa... Yo puedo sentirme alegre y conformarme con ello. Incluso puedo salir al jardín y moverme al son de la música contemplando los brillos de los adornos desde mi parcela o entretenerme viendo entrar y salir gente. Puede que lo pasé muy bien, puede que hasta si en la fiesta sobra de más me acerquen un pedazo de tarta pero también sé que si de esa manera yo disfrutaba, aún no era igual que aquellos que lo celebraban.

Sí, hay diferencia entre disfrutar y celebrar, entre pasarlo bien en Navidades y hacer el bien en Navidades, entre regalar o regalarse, entre cantar los villancicos porque toca o que te surjan de dentro.

En el caso de mis vecinos, ellos tenían un sentido, un motivo, ellos eran parte de la fiesta, eran la fiesta. En la Navidad también podemos ser nosotros la Navidad, ser el niño que nace, ser el amor que viene al Mundo.

No se trata de quedarse sólo en los "decorados" sino de profundizar en el Misterio y dejar que Él nos conquiste.

Por eso, en la semana que queda para Navidad quiero preparme para no quedarme sólo en los adornos, la música, las comidas o reuniones, (pues eso sería permanecer cerca pero no entrar en la auténtica fiesta) quiero "salir de mi cuarto" para caer en la cuenta, en la cuenta atrás de la Navidad que se celebra cada año. Salir a la puerta, llamar a ella, pedirle a Dios entrar para unirme a festejar su cumpleaños.


De ahí la alegría de las lecturas de este Domingo, ¡Va a entrar el rey de la gloria!
Eel anuncio de una señal, es como la invitación que nos llega para acudir a la Navidad.

Una semana...
Una semana para recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro.

Una semana para caer en la cuenta y escribir el final de nuestra historia, para
saber qué vamos a hacer nosotros para que sea Navidad


Sé que para muchos es un tiempo menos fácil, echan de menos a gente que ya no está o que está de una forma diferente. Para otras personas también es cansado, les toca organizar y trabajar para que los demás disfruten y para otros es incluso motivo de enfado, porque no se encuentran bien o se sienten solos.

Lo sé y por ellos pido especialmente, Jesús fue a nacer donde no le esperaban, donde no quedaba sitio, donde no era lógico. Y así espero que ocurra también en todos esos casos para que les descubra un nuevo sentido, para que les ayude a celebrar. Para que les haga niños de nuevo