Emilio y yo hemos pasado esta Nochevieja en el chalet, celebrando con tranquilidad el final de un 2008 que no nos ha tratado nada mal: encuentros con viejos y nuevos amigos, salud, trabajo, pasitos en la adopción y el amor de nuestras familias ... Dios nos lo ha llenado de buenos momentos que recordar. Gracias a todos por todo.